Cámaras frigoríficas para Hostelería
Cualquier negocio de hostelería necesita almacenar en condiciones óptimas alimentos perecederos que conserven su aroma, aspecto y sabor para su futura manipulación, elaboración y consumo por parte de los clientes. Si esta conservación no es óptima el establecimiento perderá valor cualitativo como negocio frente a su cliente además de perder dinero en los productos alimentarios que deba desechar por no ser válidos para el consumo.
La instalación de cámaras de refrigeración es una obligación si queremos aumentar la eficiencia de nuestra cocina profesional, siempre teniendo en cuanta las necesidades de cada establecimiento para escoger la maquinaria adecuada que nos hará ahorrar dinero, tiempo y carga de trabajo.
Como funciona una cámara frigorífica.
Una cámara frigorífica no enfría los alimentos si no que extrae el calor de los alimentos que están almacenados en ella mediante el uso de refrigerantes químicos que absorben el calor de los alimentos y evaporan sus líquidos mediante un equipo refrigerador compuesto de compresor, condensador, válvula de expansión y evaporador.
Tipos de cámaras frigoríficas para hostelería.
Cámara frigorífica industrial.
Son cámaras para almacenar grandes cantidades de alimentos por lo que suelen ser utilizadas por productores, distribuidores de alimentos o grandes restaurantes con amplios espacios interiores y exteriores. Son recintos refrigerados totalmente construidos (incluido su suelo) que funcionan como habitaciones de frio y debido al gran tamaño de su equipo refrigerador necesita instalarlo en el exterior de la cámara para una evacuación óptima de todo el calor que extrae de los productos para una máxima eficiencia.

Cámara frigorífica modular.
Almacenan una cantidad considerable de alimentos y al ser modulares se van adaptando según las propias necesidades del local. Son el tipo de cámaras frigoríficas preferidas por establecimientos hosteleros como restaurantes debido a su facilidad de montaje, personalización, transporte y estética. Generalmente suelen ser de refrigeración o temperatura positiva (de 0º a 8º) o de congelación o temperatura negativa (de -1º a -30º), aunque podemos encontrar cámaras modulares de control de humedad o incluso cámaras modulares de maduración. Podríamos denominarlas como lo que conocemos como “neveras ampliables” con mejores materiales aislantes de distintos espesores y con sus suelos y puertas reforzadas para evitar el deterioro y la deformación por la carga de trabajo constante a la que estará sometida en un establecimiento hostelero.

Túneles de congelación y abatidores de temperatura.
Los túneles de congelación permiten bajar la temperatura de los productos de una forma mucho más rápida que en una cámara frigorífica modular, por lo que los alimentos conservan mejor sus cualidades de conservación y además se evita un rango de temperatura del alimento en el que hay riesgo de contaminación por bacterias. Los abatidores de temperatura funcionan de la misma forma y se pueden considerar una versión más pequeña que funciona para menos volumen de productos que el túnel de congelación. Los abatidores son muy utilizados en la cocina por los chefs que necesitan enfriar o congelar un plato ya hecho de una forma muy rápida.

Vitrinas refrigeradas
Utilizadas para mostrar los distintos productos y mantenerlos en buenas condiciones. Muy habituales en las barras de pinchos en un bar, en las pastelerías o restaurantes self-service.

Botelleros.
Se utilizan para mostrar al público distintos tipos de bebidas en sus temperaturas óptimas de conservación y consumo.

Generalmente los materiales de las cámaras frigoríficas se escogen para aumentar la eficiencia general en la cocina por lo que la facilidad limpieza e higienización de los materiales debe ser una prioridad. Esto supone que los materiales más usados sean el acero inoxidable principalmente o el aluminio como principal alternativa, ya que aparte de estas ventajas también ayudan a conservar mejor la temperatura fría por lo que aumentan la eficiencia de la propia cámara.